19 de septiembre de 2011

Algo para contar

7° FECHA CAMPEONATO PATAGONICO
EL BACKSTAGE, LA TRASTIENDA DE UN ESFUERZO.
18 de septiembre 2011. Una fecha que nos significaba y comprometía con la 7° Fecha del Campeonato Patagónico fiscalizado por el CEME. Y no es poca cosa. Tremendas eran nuestras ganas de hacerlo y lo mejor posible.
Ya el jueves la pista estaba preparada. Más de 60 camiones de arena fina volcados para asegurar un grip interesante, divertido. Los despegues de las mesetas firmes como rocas, los recibidores arados con la humedad justa para ser pisados horas antes de la carrera.
A no olvidar los servicios contratados que un evento deportivo de este nivel merece.
Teníamos que ornamentar el Circuito: banderas ofrecidas por el PATO MARELLI, ¿te suena? redes plásticas para una largada segura aportadas por LEO DE CAROZO MX. Queríamos un partidor de lujo y con mucho esfuerzo lo tuvimos.
El valor de la entrada no tenía que ser un obstáculo: un valor accesible y como yapa, seguro una esperanza compartida , el sueño de llevarse una MOTO O KM 110 CILINDRADA.
Para que nadie se quedara afuera por los 6 km a recorrer desde Luis Beltrán al Circuito, un colectivo ingresaría cada hora. Gratis.
¿Queríamos figuras? Convocarlo a JOSE FELIPE, uno de los mejores pilotos del país fue un gusto de punta a punta, por su buena predisposición, humildad, talento y generosidad. Brilló en la pista para deleite de todos y se sorprendió al ver el entusiasmo de los pequeños grandes del motocross. Los pichones que se vienen.
Llegó el sábado y llegó el entrenamiento oficial. 80 motos se dieron cita formando parte de un espectáculo extra donde la gente se acercó. Nomás un anticipo de lo que se venía al día siguiente.
La gente del LAMARQUE AUTO CLUB presente. Jóvenes que trabajan para el crecimiento del Motocross en el Valle Medio. Con sus chalecos azules, dentro del Circuito, formaban parte del equipo de banderilleros dando seguridad al piloto.
El equipo de Santa Clara realizando riego con mangueras donde el Circuito lo necesitara. Si los tiempos lo permitían, estábamos ahí.
Sabíamos que la pista se iba a romper, por eso nos programamos para entrar con los tractores, corriéndole a los relojes, con maquinarias especiales del establecimiento agropecuario, entre ellas el vibro y el palón. Contábamos con 15 minutos antes de la próxima tanda.
El sábado se nos iba con una largada simbólica en la Municipalidad de Luis Beltrán (RN) El fin de una tarde primaveral. Y se vino la noche, a prender las luces del Circuito y obligados a acomodar la pista para el día siguiente. El cansancio se sentía en el cuerpo y el entusiasmo y las ganas de no errarle en nada nos robaron el sueño.
5:30 ya levantados, regando un poco más, acomodando, supervisando, controlando, metidos de lleno en una carrera que aún no se corrió, anticipándola para que no falte nada. Un gallo que canta y con el canto llegan los vehículos de la gente que trabajará en el predio.
Algunos equipos ya estaban instalados con sus gacebos y carpas para no perder lugares de privilegio: lo más cerca del alambrado.
El público comienza a llegar y se instala en una gran ronda que abraza el Circuito. Sentados en reposeras dispuestos a disfrutar de la fiesta. La laguna con los patos complementa un paisaje de lujo entre alfalfares.
Y la fiesta comienza: música, color, pilotos, motos, mecánicos, las familias que acompañan, la vida en las cantinas, el pulso de una pasión compartida. El ruido atronador de los motores.
No todos saben de qué se trata. Ver a los pequeños correr por la pista con destreza de grandes, causa admiración. Ni hablar de los vuelos en las mesetas de los pilotos y sus acrobacias. Y para los que saben de qué se trata, un disfrute total. Siempre un aprendizaje mirando al otro, a los mejores.
Partidores completos hacen vibrar el suelo y es entonces cuando se amalgama el humo de los asados con los cascotes que despiden las motos en las curvas y la exclamación de la gente, hoy una gran familia, animando, alentando a los pilotos. Qué hermosa locura.
Para asegurarnos que el trazado de la pista estaba en condiciones qué mejor que ser protagonistas, bajar de los tractores, soltar las mangueras y ya con casco y botas puestas participar en la serie. La pista ideal. Una bandera a cuadros marca un final y nuevas obligaciones otro comienzo.
Una nueva serie, otra categoría, vamos llegando al final. La entrega de trofeos, ¡qué trofeos! la alegría de los niños en el podio, abrazos y los trofeos en alto. Fotografías. Un premio que anima a seguir apostando a una próxima carrera y al disfrute personal del mientras tanto.
Queríamos un lindo show para la gente y una buena pista para el piloto. No nos animaba un propósito económico (sospechamos que apenas salimos hechos) pero hoy, el día después, tenemos la certeza que ganamos y mucho, por el reconocimiento de los pilotos, el agradecimiento de la gente, los comentarios, su disfrute, las alentadoras devoluciones.
Extenuado aún, pero satisfecho, escribo lo que resuena en mi de este evento. La crónica deportiva, se las debo


Agustin Sherriff
19-09-2011














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