Hace tiempo que todos temen hablar de la bestia, pero como no tenerlo, si solo el avance de ella hace temblar la tierra. Con una fuerza tremenda, con un corazón hidráulico hace crujir a todo obstáculo que se le pare de manos. Pero como toda bestia necesita alimentarse, por eso no hay que olvidarse del ritmo bestial, del consumo liquido petrolero que necesita para vivir. La secadora de chulengos no deja de ser un juguete para quien sepa manejarlo, y para eso tengo que llamar a Eloy Robledo quien es el tripulante de este gigante del sur.
LA BESTIA EN ACCION
UN ANTES I
UN DESPUES I
APARECIÓ EL DESAPARECIDO DESAGÜE EN SANTA CLARA
UN ANTES II
UN DESPUES II
UN ANTES DESPUES III
UN DESPUES III
UN ANTES IIII
UN DESPUES IIII
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